Con cabeza de León Sabella
y sus muchachos son conscientes de que en la ida ante el Cruzeiro falló un arma letal: la pelota parada. "Esperamos aprovecharla en Brasil", confía el coach.
PACHORRA DA CÁTEDRA. OJOS BIEN ABIERTOS, CLAVADOS EN LA GLOBA, SÓLO LE FALTA EL FRENTAZO.
La historia más rica de Estudiantes está escrita desde el pizarrón. De un repaso por los títulos más significativos surgirá que el centro y el cabezazo fueron determinantes, más allá de todas las otras virtudes que lo han llevado hasta la gloria. Incluso el partido más importante de todos los tiempos se definió así: tiro libre de Madero, testazo de la Bruja Verón para el 1-0 parcial en Manchester. Esa era un arma que Alejandro Sabella había remarcado como vital para lastimar al Cruzeiro en la primera final, pero casi que ni cosquillas le hizo. Y entonces... "Nos faltó fineza", le admitió el técnico pincha a Olé.Para este enfrentamiento con el equipo de Belo Horizonte coincidían dos atributos con un defecto: la buena pegada de los lanzadores de Estudiantes (Benítez y Verón) y la capacidad de cabezazo (Desábato, Schiavi y Bosselli, principalmente), con las debilidades que el Cruzeiro venía evidenciado, sobre todo en las semifinales ante Gremio. "Nosotros habíamos observado eso, que los complicaban mucho los centros cruzados", reveló un integrante del cuerpo técnico.¿Qué pasó, entonces? En la ida, Estudiantes ejecutó nueve córners y alrededor de ocho tiros libres en forma de centro. Pero ni Benítez ni Verón estuvieron precisos; sólo un tiro de esquina del Chino terminó en la cabeza de Desábato y provocó la volada de Fábio. Aquí se entiende lo de la falta de fineza. "La idea era ir al primer palo, pero se defendieron muy bien y no nos permitieron llegar al gol", opinó Schiavi. "Cruzeiro nos marcó muy bien, ellos sabían que podíamos lastimarlos de ese modo", agregó Cellay.Amén de las explicaciones de los protagonistas, la ejecución -tantas veces efectiva- fue la principal falla. Pero que no haya dado resultados en la ida no significa que no sea una gran apuesta para la revancha. Y hasta el propio Sabella lo reconoce: "La pelota parada siempre es importante. Hay a montones de goles hechos así, y de equipos que con un foul en la mitad de la cancha mandan a los grandotes al área. Para la vuelta en Brasil esperamos cambiar la mano y tener una buena cantidad de pelotas paradas para poder desequilibrar por esa vía, más allá de que para ser campeones hay otras cuestiones del juego que también son fundamentales".Está claro que Pachorra redoblará la apuesta de las jugadas preparadas en el Mineirao. Para ser fiel con la historia falta ese gol épico, sí, como el de la Bruja mayor en Manchester.
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