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El Pincha fue campeón con la grandeza que marca su historia Estudiantes expuso valores futbolísticos incuestionables durante toda la Copa Libertadores y supo sobreponerse a las adversidades que se le presentaron. Ayer el equipo mostró convencimiento para dar vuelta el partido y consagrarse en tierras brasileñas. Con el orgullo a flor de piel. Sabiendo que el alma de campeón los atravesó desde la cabeza hasta la punta de los pies. Conocedores de la grandeza copera porque fueron participes necesarios y los gestores de tamaña hazaña. Descontrolados, desbordados de alegría y con la tranquilidad del deber cumplido. Así están los jugadores y los hinchas de Estudiantes. Así está el club entero. La consagración de un plantel consagradoLo que hizo el Pincha anoche en el estadio Mineirao fue colosal y será recordado eternamente por los hinchas albirrojos. El logro tuvo matices de todo tipo. Desde lo futbolístico, el equipo que catapultó a la gloria eterna el inefable Alejandro Sabella, tuvo respuestas anímicas que mostraron que la noche era especial y que podía terminar de la mejor forma. El equipo tuvo personalidad para jugar un partido bravísimo porque se plantó de igual a igual desde el primer minuto y al cabo de los primeros 45 había logrado inquietar a Fabio tres veces y del otro lado de la “estancia” Mariano Andújar, el mejor arquero que tuvo Estudiantes en sus 104 años, había intervenido solo un par de veces en jugadas aisladas. El planteo de Sabella tuvo éxito porque los jugadores se convencieron que éste era el momento para entrar en la historia, para pasar a la eternidad y que los cuadros de las viejas epopeyas de fines de los 60 puedan estar acompañados por nuevas y vigentes imágenes que los retrataran como las estrellas vanagloriadas por los hinchas. Estudiantes tuvo la gloria a sus pies, la miró, se familiarizó y la fue interiorizando con el correr del segundo tiempo cuando el equipo impuso su fisonomía de juego, se puso en ventaja y aguantó los embates de Cruzeiro con temple, entereza y autoridad. Y el equipo funcionó como tal. Se unió en la adversidad luego del gol de Henrique, apuntaló su objetivo cuando logró empatar Gata Fernández y reafirmó su deseo de ser campeón cuando fue a buscar el triunfo con las armas que mejor le servían.La construcción de la victoria que será recordada toda la vida tuvo en cada jugador un factor a destacar. Repasemos. Los reyes de América son Estudiantes y de La PlataMariano Andújar estuvo sólido en el juego con las manos y destiló confianza y seguridad a sus compañeros. El “21” ya no estará custodiando el arco de Estudiantes pero dejará una imagen imborrable. Ratificó que es por escándalo el mejor arquero que tuvo el club y se va sabiendo que algún día va a volver. Christian Cellay, hizo honores a su apodo (Samurai) y peleó con el alma cada pelota más allá de que en los últimos partidos tuvo que jugar de 4 por la lesión de Angeleri. En el juego de anoche, fue uno de los mejores valores del espectáculo. Rolando Schiavi vino para sumar y se acomodó perfecto en su rol. El Flaco hizo una dupla inexpugnable junto con Desábato. Y si hablamos de jugadores consagrados, hay que mencionar justamente al Chavo que fue un león, se puso el equipo al hombro más de una vez y ofició de capitán cuando Verón no estuvo. Esto último marca a las claras el rol que cumple el hombre de Caferatta dentro del grupo. Se puso el traje de campeón sabiendose un lider positivo para el plantel. Germán Re aportó experiencia y salida desde la izquierda. Enzo Pérez jugó un partidazo. Corrió de banda a banda, relevó, gestó juego, se asoció con los delanteros y fue siempre una rueda de auxilio. El Chapu Braña, en lo suyo, volvió a ser uno de los mejores valores. Aguantó la pelea en el mediocampo, distribuyó con criterio y eficiencia y tuvo su premio luego de haber remado contra la corriente más de una vez. El Chino Benítez se esforzó, mostró sus credenciales vigentes y distintivas cada vez que tuvo la pelota en sus pies. Gata Fernández le puso pimienta a los ataques de Estudiantes, fue sacrificado cuando tuvo que bajar a buscar la pelota y tuvo una dosis de lucha para recuperar la pelota cuando el equipo no la tenía. Se supo hacer espacios para potenciar su juego y llevó peligro constantemente. Su aparición en el gol del empate enaltece y potencia aún más su producción. Mauro Boselli, fue el actor principal de una película con final feliz. Tuvo dos chances inmejorables en el primer tiempo pero no pudo definir, Pero su voracidad felina para ir en busca de la pelota en el segundo gol y la precisión con la que “martilló” en el cabezazo terminó de ponerlo en el pedestal. Además por si fuera poco se llevó el premio al goleador de la 50º edición de la Copa Libertadores. Más no podía dar el ex delantero de Boca. Lo suyo fue consagratorio desde todo punto de vista. Verón, jugó como un hincha y cumplió un sueño impresionante Un párrafo aparte merece “Su Majestad”. Juan Sebastián Verón que puso su vida en juego. Afrontó el partido sabiendo que era uno de los más importantes de su vida y no falló. Fue uno de los bastiones en los que se apoyó el equipo cuando Cruzeiro presionó al Pincha. Fue el abanderado del triunfo y de la reacción que mostró el equipo luego del gol de los brasileños. Jugó como lo que es, un hincha enfermo de Estudiantes. Trabó con el corazón en cada pelota que disputó, vibró con los dos goles y lloró de emoción por la gesta conseguida. No se olvidó de nadie. De los amigos, los enemigos, los hinchas y se puso una vez más esa remera blanca con letras rojas que sentencia “Ruso, estás con nosotros”. Hizo parte del logro a su amigo el Ruso Prátola y en medio de los festejos lució con orgullo y pertenencia el número 2 que usó e inmortalizó el ex defensor Pincha. Verón fue una vez más el símbolo de este equipo y detrás de él se encolumnaron los deseos de campeón de un plantel ávido de nuevas y exigentes emociones y que la noche del 15 de julio rediseñó la historia de Estudiantes y lo volvió a colocar ante la mirada del mundo tras ganar por cuarta vez la Copa Libertadores. La fiesta interminable Ahora llegará el momento de festejar, tomarse un par de días para analizar y dimensionar la importancia del logro y de a poco comenzará a planificarse el futuro mediato del plantel que por estos días comenzará las vacaciones, aunque la agenda marque que en diciembre tendrá otro gran desafío por delante cuando juegue por primera vez el Mundial de Clubes junto al magnificente Barcelona de Lionel Messi. Para muchos parecerá un sueño, pero Estudiantes es así, transforma en realidad anhelos inalcanzables y los plasma en gestas históricas como la que construyó anoche en Brasil acompañado y avalado por su mística.