Le sobra historia¡Qué grande, Estudiantes!
Sin Verón, se la bancó muy bien en el Centenario y vuelve a jugar una final de Libertadores después de 38 años. Boselli metió los dos goles del 2-1 para dejar KO a Nacional. De yapa, Andújar se transformó en el arquero argentino récord en la historia de la Copa.
6 de 6 Alegría total desúés del primero de Boselli. Ahí se empezó a asegurar el pase.
'La Gata pelea para llevarse la pelota. El Pincha está peleando por el pase a la final.','Dientes apretados. El Chavo está jugando el partido con el corazón.','Mauro es el goleador del Pincha en la Copa. Lleva seis en 13 partidos jugados.','¿Quién es este que se tapa la cara? Sí, Boselli, quien en La Plata se había perdido dos goles increíbles.','Una postal inolvidable en el Centenario, que estuvo repleto de uruguayo y sin público visitante. Así se goza más...','Alegría total desúés del primero de Boselli. Ahí se empezó a asegurar el pase.'
Grande Estudiantes. Qué grande. Otra vez en una final, como en el 71 (justamente la había perdido frente a Nacional), ahora esperando al ganador de Gremio-Cruzeiro. Un equipo que sin lucir está bien armadito, que demostró no sufrir las ausencias, que ya se acostumbró a jugar partidos chivos de Copa, que está dispuesto a levantar la Libertadores, ésa que ganó tres veces, el primer tricampeón de América.Era un partido chivo en Nacional. Con todo el Centenario en contra, sin hinchas visitantes. Encima sin Verón, que lo vio por tele en Buenos Aires. Y para colmo se cayó Cellay, quien quedó afuera sobre la hora. Claro, a favor tenía la ventaja de un gol que había sacado en La Plata. Y Estudiantes, este equipo de Sabella que ya está haciendo historia, aprovechó esa ventaja con inteligencia. Nunca se desesperó, nunca se achicó, nunca se dejó llevar por el marco. Y así manejó el partido, manejó los tiempos, hasta tuvo alguna que otra chance de gol antes del gol, de esa definición de Boselli para el 1-0.Sin patadas alevosas, fue un partido copero, friccionado, de pierna fuerte contra un Nacional que llegaba con toda la expectativa de darlo vuelta como local. Pero el equipo uruguayo, con matute Morales en cancha y Fede Domínguez, no tuvo fútbol, sólo acorraló algo a Estudiantes al principio del partido. No más, poca chispa, poca dinámica, muy poca llegada. En el segundo tiempo la historia arrancó bien para el Pincha con el gol de Boselli, el mismo que se había perdido dos increíbles en La Plata, en la ida. esta vez, mano a mano, definió muy bien de derecha, punteando la pelota mano a mano con el arquero.Parecía rendido Nacional, perdido en la cancha, con su gente apagada. Y parecía que Estudiantes estaba para el 2-0, incluso un derechazo cruzado de Enzo Pérez besó el palo derecho del arquero. Hasta que en un centro saltó Schiavi con Medina, la pelota quedó boyando y el uruguayo fusiló de derecha, para el 1-1 (quebró el récord de un minutos sin goles en contra de un arquero argentino en Libertadores, de 800 minutos). Y entonces se puso más emotivo, entonces hubo que sufrir, más allá de que Nacional tenía que hacer dos goles más en sólo un cuarto de hora.En ese final emotivo Nacional pudo meter el segundo, pero Mondaini no alcanzó a empujar un centro rasante. Estudiantes pudo meter el segundo, y lo hizo recién en el descuento, otra vez Boselli, con gambeta incluida. Esa decisión que tuvo para jugar el partido, sin temores. Estudiantes hace historia volviendo a una final después de 38 años. Le sobra historia y mística y tiene con qué soñar.
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