El peor resultado
No fue el 2-0 lo que le abrió la puerta al Ciclón: fue el intento de Sabella por cerrarla al sacar a Carrusca.
Era 2-0, con toqueteo y promesa de goleada... Un auténtico baile que el Estudiantes de Sabella le estaba dando al San Lorenzo de Simeone, desesperado, que tiraba manotazos a matar o morir. Sin embargo, para muchos que presumen de tenerla clara, el 2-0 es el peor resultado. Y lo fue para el Pincha, pero no precisamente por los dos goles de ventaja (es más: si el partido iba 1-0, por lógica matemática lo perdía). La lucidez que el técnico mostró para plantear el partido y sacar la ventaja que consiguió (la flexibilidad posicional de Carrusca y Benítez mareó al doble cinco del Ciclón), se fue diluyendo, en especial cuando salió Carrusca, el titiritero que manejaba los hilos de Estudiantes, y por él ingresó un defensor: Iberbia. Ese fue el peor resultado, el que fue consecuencia de uno de esos cambios que los técnicos llaman "para cerrar el partido". Pero que en este caso, zapatazo mediante de Pipi Romagnoli para el 1-2, se lo terminó abriendo a San Lorenzo. "Es difícil encontrarle una explicación al partido porque hasta el primer gol de San Lorenzo estábamos mejor", consideró el entrenador de Estudiantes, para quien su equipo apenas fue dominado en un puñado de minutos en el segundo tiempo. "Pudimos cerrar el partido y nos faltó la puntada final", remarcó, con razón, antes de nombrar a la primahermana de la falta de suerte: el viento en contra. "Se levantó en el segundo tiempo y nos jugó en contra de manera exagerada. Tanto que el último saque de arco de Albil lo tuvo que cabecear Desábato".
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