Perfil bajo. El entrenador del campeón de América y líder del Apertura elogia a sus dirigidos. "Estudiantes es un equipo solidario, supo jugar en grupo ante Boca", dice. Allá por fines de junio, a tres meses de su asunción al frente del plantel tras el alejamiento de Leonardo Astrada, un mediodía Clarín charlaba mano a mano con Alejandro Sabella y la pregunta que le hizo soltar una sonrisa fue: ¿en dónde estuviste todo este tiempo en que Estudiantes buscaba su entrenador ideal y no te encontraba? ¿Adentro de un termo? El viejo Mago de la zurda atrevida que hasta entonces nunca había dirigido como cabeza de un cuerpo técnico -fue ayudante de campo de Daniel Passarella en varios equipos- respondió con simpleza, como acostumbra: "Estaba en mi casa esperando el momento de entrar a escena, porque sabía que el día de dirigir a Estudiantes iba a llegar y tenía que estar preparado. Y acá estoy, feliz de la vida donde siempre quise estar".Después vino su primera vuelta olímpica con el tetracampeonato de América y lo que todos saben: que Estudiantes está terrible juegue donde juegue, que no para de tumbar rivales aquí o allá, y que si nada lo saca de esta ruta llena de alegrías quizá, a fin de año, allá en Dubai pegue el grito máximo en la Copa de Campeones.Tipo que vuela bajo porque sabe que allí está la verdad, Sabella tenía después de la victoria ante Boca un gesto apenas amargo, y se lo hizo saber a los periodistas. ¿Estaba frustrado? "Me siento como después de ganarle a Independiente, con una especie de frustración porque el resultado es corto y no refleja el superior rendimiento de un equipo ante otro a lo largo de 90 minutos. Creo que manejamos el partido en todos los aspectos y mantenemos una línea de juego con identidad que siempre responde a las exigencias que nos plantea el rival", confesó.El DT de Estudiantes tuvo un gesto digno de su bajo perfil cuando fue a saludar a Alfio Basile al camarín boquense antes del partido, cuando los planteles recién llegaron al estadio y no había flashes que retrataran el abrazo. El fue solidario con su colega en problemas, como "solidario es este equipo", sentenció, "que supo jugar en grupo, que tuvo visión de lo que sucedía en todos los sectores de la cancha y por eso hizo circular la pelota con claridad frente a un rival de la importancia de Boca, que siempre está al acecho", graficó.Socio del silencio alejado de la histeria que caracteriza a los entrenadores, él sale a trabajar tras la línea de cal con un jean común y un pulover sin sponsor. Hombre simple. Técnico sabio. No abundan tipos así.
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