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"Si cantáramos el himno como los del rugby, nos dirían vendehumo" Verón pide que entiendan a Messi, jura que no hay falta de hambre, piensa que los de afuera son mejores, habla del Maradona técnico y avisa: "Después del Mundial, me retiro de la Selección". Intimo, se abre y cuenta detalles de su vida privada. ¿Se casa la Bruja? ¿Por qué hubo un mensaje tan revanchista cuando se clasificaron para el Mundial? ¿Qué fue lo que les dolió tanto? -Duele que se dude del sentimiento del jugador apuntándole al bolsillo. -Que se diga que son millonarios y que por eso no sienten la camiseta. -Exacto. Eso no existe. Dicen que no hay hambre y no es cierto. Lo primero que dijeron después del gol de Bolatti fue: "Vieron que Messi no gritó el gol". Nooo, pará, loco. El pibe después vino y lo festejó. Cada uno reacciona distinto, no es que todos se tocan el corazón, eso no demuestra si tiene ganas de jugar o no. El pibe lo siente de otra manera, y hay que entenderlo. Como cuando dicen "¿vieron cómo se abrazan y cantan el himno los del rugby?". Nosotros vivimos de otra manera pero el sentimiento es el mismo: se te pone la piel de pollo, te tiemblan las piernas. Si lo hiciéramos al revés, si cantáramos el himno como los del rubby, dirían ahí están los futbolistas que venden humo, como me dijeron en un programa. ¿Entendés? -Si no fue falta de hambre, ¿por qué se cayó tan bajo en las Eliminatorias? En Paraguay, Messi estaba con los brazos caídos y un volante se negó a ir de 8... -Porque el momento de todos no era el mejor. No le encontrábamos respuestas. Por ahí el técnico tampoco encontraba respuestas en nosotros. Cuando pasa eso da la sensación de que entregás el partido. No es así. Jugadores como Messi, que no encuentran el respaldo del equipo y quedan aislados, están más expuestos que yo que corro como un loco. Cada uno sabe si dio todo, pero no veo falta de compromiso ni de ganas. -Algo faltó. ¿Rebeldía? -Pudo haber faltado, tranquilamente... Son días... -Falta identificación con la gente. Messi no tiene hinchada, por ejemplo. -Puede ser. Y convengamos que después del 90, sacando las Copas América, no ganamos nada con el seleccionado. Puede haber hasta un desencanto. -¿Es cierto que a Messi lo cargaban con el himno? -Sí, ja. Hay cosas que las transformás en jodas. Después de Perú leíamos en voz alta el diario de ustedes, en la parte de atrás, que decía que no sabía el himno, y la carcajada era general (se tienta). Le mandábamos mensajitos cargándolo, ja. Y él se la bancaba. ¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a calentar? Ahora, eso llevado a un título, es jodido, es otra cosa. -¿Vos sos el psicólogo de Messi? -No, para tanto no. Hablo mucho con Leo. -¿Vos vas al psicólogo? -No, nunca. ¿Qué, me ven para el psicólogo? Por suerte todos los problemas que fui teniendo, en la vida y en el fútbol, los pude resolver. -¿No te pesó la presión en Uruguay, la cruz de quedarte afuera? -No, de verdad. Yo soy de levantarme temprano. Y ese día con Martín (Palermo) nos levantamos a las once de la mañana y después nos dormimos una siesta de tres horas. Estaba tranquilo. -¿Te ves en el Mundial? -Y, me veo, pero hay que esperar. Me tengo fe, me gustaría, pero te rompés como le pasó a Angeleri y... -¿Físicamente estás? -Sí, ahora que jugamos domingo y miércoles, me sentí bien. No falta nada para el Mundial, siete meses, está ahí, quiero ir y estando bien tengo chances. -¿Hoy sos mejor jugador que antes? -Hoy pienso más. Antes, el físico me daba y quería llevarme todo por delante. La característica de juego es la misma aunque por ahí tengo otra visión del partido, me lo imagino antes. No sé si soy más completo. En cuanto a la posición, ahora tengo la cancha de frente. Por ahí mejoré el jugador que soy. La edad no la siento, aunque me gustaría tener cinco o seis años menos. Físicamente estoy bien, no me pesa el entrenamiento y estoy viviendo mi última etapa en la Selección. Eso tiene un plus positivo. -¿Es el Mundial y te retirás de la Selección? -Sí (anuncia seguro). -¿Ya sabés que pase lo que pase te retirás? -Sí, es así. -¿Qué aprendiste de los otros mundiales? -Que no tenés margen de error. Tenés que llegar pleno en todo, si no das mucha ventaja. Y el disfrutar el momento. En el juego la sensación es completamente distinta. La estructura que armás debe tener pocas hendijas porque si no se te desmorona todo. -¿Qué aprendiste del 98, tu primer Mundial? -Conocí al periodismo en su parte peor. Porque convengamos, y lo saben, que hay periodistas buenos y malos, como los hay jugadores. Pero no volvería a hacer lo del comunicado del 98, actuaría de otra manera. Aprendí que no es bueno generalizar. A Daniel (Passarella) le gustaba pelear, ja. En realidad, a todos nos gusta encontrar un enemigo y torcerle el brazo. -¿A qué enemigo le torciste el brazo? -A muchos... Periodistas, gente con la que trabajé, a ex compañeros... -¿Les ganaste a todos? -Por ahora voy bien. -¿Hoy también tenés enemigos? -Siempre hay. Cada vez que hubo algo que no me gustó, lo manifesté de frente. Me he encerrado mil veces en una pieza. Tuve compañeros con los que no tenía relación por una cuestión de pensamientos, pero adentro de la cancha me mataba, era mi hermano. A mí no me gusta que me maten por atrás. -¿Nunca te equivocaste con un enemigo? -Acerté siempre. Tampoco es que ando mal con todos, ja. Pero tengo olfato. -¿Te agarraste a piñas? -Me agarré a piñas por boludeces, no por eso. De la pelea ya no volvés. -Con Sorin casi te agarrás a piñas para la TV... -Sí, menos mal. De eso sí que me arrepiento. -¿De qué otra cosa te arrepentís? -De nada más. -Al 2002 llegaste tocado físicamente. ¿Si te pasa lo mismo, te bajarías? -Y. lo pensaría. -Hablaste de no generalizar, de enemigos. ¿Qué sentiste al ver declarar a Diego en Uruguay? -Ya se lo dije a él. -Quedaste del otro lado. -Se buscó enfrentarnos o hacerlo quedar mal a él. Lo que dijo estaba dicho y en cierta medida, por lo que se había declarado de él en parte de la prensa, era una reacción hasta lógica. Después, Diego es grande y sabe cómo se comporta. Yo le manifesté lo que pensaba, y listo. Punto final al tema. -¿Escuchó? -Creo que me escuchó. Me parece que de las dos partes nos escuchamos. -¿A qué otros jugadores escuchás vos? -Comparto la mesa en la concentración con el Gringo (Heinze), con Masche, con Carlitos (Tevez) y con Demichelis. Nos sentamos así en las primeras convocatorias y mantuvimos la costumbre. Hablamos mucho de fútbol, hasta de táctica... -¿Cómo es Heinze? -Y, el Gringo es Gringo. Es un chico muy noble, pero no tiene filtro. Todo lo que piensa lo exterioriza. Te puede gustar o no, pero es sincero. El transforma las críticas en combustible. Dentro del grupo es muy positivo. El Gringo es de campo, le falta la bombacha, ja. -Carlitos parece de otra generación. ¿Habla? -Carlitos es un chico que habla mucho dentro de la concentración, que opina. Al contrario de otros, es un chico que con su verborragia opina y es escuchado. -¿Quién es el que más sabe de táctica? -Y... Masche me parece que quiere ser técnico en el futuro. Sabe. -En esa mesa se deben "cargar" a más de uno... -Hay cosas que no le gustan al futbolista, que hieren, y otras se aceptan porque son críticas que nosotros mismos nos hacemos. Es normal. Pero que te descalifiquen, que digan que no podés jugar más... Hay pibes que hace 12 años que juegan afuera. Y no juegan porque son lindos, tienen un gancho con el presidente o salen con la hija del presidente... Digamos que si están es porque futbolísticamente algo tienen o tuvieron. Y en la Selección lo mismo. Después está el momento del jugador. Por ahí puede ser que no tenga nivel para estar en el seleccionado, pero no para que digan que es un desastre. -Después de perder la final de la Copa América en el 2007, ¿te imaginabas este presente? -No, si terminó la final con Brasil y le mandé un mensaje a mi mujer diciéndole que largaba todo. Faltaban tres años para el Mundial, había un recambio... -¿Y qué pensaste cuando hizo el gol Perú? -Estaba muerto. En esos minutos, segundos, no sé qué fueron, estaba muerto. Fue lo peor que viví en el fútbol. Yo estaba afuera, cerca del vestuario nuestro. Solo. Me fui un toque adentro y cuando volví, justo se dio el gol de Palermo. Ahí no festejé, nada, me fui rápido a ver la tele para saber cómo iba el otro partido. Cuando terminó todo, se me salió el corazón por la garganta