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Con Chapu de campeón

Con un Sosa mágico y el gol de Braña desde 45 metros, el Pincha ganó en Perú y se acomodó para pasar a los octavos de final.

Acostumbrados a tanto desguace en el fútbol argentino, con equipos que se arman y se desarman como la facilidad de rompecabezas, ver a Estudiantes reconforta. No sólo es el mismo que el campeón del 2008, sino que está mejorado. Si hasta Rodrigo Braña, etiquetado injustamente como un simple quitador, mete un golazo desde 45 metros... El Pincha sigue tendiendo un arquero confiable (Andújar antes, Orión ahora), una defensa estable, a Verón comandando todo, a Boselli como temible goleador (está a un festejo del récord de Verón padre en la Copa) y le sumó a José Sosa, nada menos. Es un Príncipe que potencia al rey, lo tranquiliza y lo hace mejor en vez de convertirse en su fecha de vencimiento. Se entiende con La Brujita o con cualquiera que la devuelva redonda y con su doble marcha hace estragos. Como ayer en Perú o en toda la Copa. Inventó el gol de Estudiantes, el que puso al Pincha con un pie en la próxima ronda. Enganche o mediapunta con igual facilidad y eficacia, Sosa se sacó tres rivales con un movimiento y se la dejó servida a la Gata Fernández para el primer triunfo de Estudiantes en Perú (llevaba un empate y cuatro derrotas).Sintético, así fue Estudiantes. Como el pasto del estadio Elías Aguirre que hasta le hizo cambiar botines por zapatillas. Pero en su caso no fue por artificial, sino porque expuso un resumen de cómo hay que jugar la Libertadores. El último campeón no se traicionó a pesar de que su negocio era el empate, expuesto sin tapujos desde una formación con tres en el fondo que se metamorfoseaba rápidamente en cinco. Angeleri y Clemente Rodríguez debían perseguir a Ascoy y Manco, los carrileros rivales, pero también desdoblarse y llegar al área rival. El Pincha sabe lo peligroso que puede ser apostar todo a la defensa. Y por eso evitó refugiarse. Claro que cuando vio el excesivo respeto con el que lo trató el Aurich, se sintió a gusto como en su casa.La riqueza del Pincha también se ve en el recambio que el año pasado no poseía. Salvo arriba, en todas las líneas puede intercambiar piezas sin resentirse. Tanta fue la diferencia con Aurich que los peruanos, impotentes, terminaron con dos expulsiones evitables. Estudiantes crece. Ayer cosechó su primera victoria de visitante en esta edición y se acomodó como líder del Grupo 3. Hasta Braña estrenó grito después de 44 partidos internacionales. Sí, con Chapu de campeón.