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Estudiantes, un maestro, le dio una lección a la Academia

Se levantó rápido Estudiantes. Aquel golpe que sufrió ante Liga de Quito por la Recopa Sudamericana lo conmovió pero no lo noqueó. Y anoche, en el Día del Maestro, le propinó una lección de buen juego y contundencia a una Academia que no puede con su alma, y que sumó su cuarta derrota al hilo. El equipo de Sabella, que hasta que se complete hoy la sexta fecha del Apertura estará junto a Vélez arriba en la tabla, con 13 puntos, dispuso de 45' minutos, los iniciales, como para medir al adversario que tenía enfrente, y en la segunda parte lo golpeó dos veces de entrada y después marcó clarísimas diferencias en el juego como para no dejar dudas en cuanto a su superioridad. Enzo Pérez, a los 28 segundos de iniciado el complemento, y Gabriel Mercado a los 10, marcaron los goles del equipo albirrojo que restañó rápidas las heridas que se le abrieron el último miércoles y parece, tras la demostración de carácter de anoche en el estadio Centenario quilmeño, que está para seguir dando pelea. Había tenido algunos contratiempos el equipo albirrojo en la primera parte. No por problemas propios sino por aciertos del rival que, con buena predisposición, con ubicaciones tácticas (caso Licht y Fernández) interesantes, con cierta determinación y osadía lo tuvo un poco a mal traer. Tan es así que el equipo de Miguel Angel Russo hizo méritos como para abrir el marcador, ya que a su juego le adosó un par de llegadas claras hasta Orión, mientras que en contrapartida, y más allá del estupendo trabajo de Braña en el medio, al local le costaba enhebrar acciones ofensivas punzantes. Recién pasada la media hora pudo el conjunto albirrojo hacerse de la pelota, luego de que su capitán Verón pegara algunos gritos para ordenar a sus compañeros en el campo, y también generó la primera llegada clara sobre el arco visitante. Verón le puso un buen pase en profundidad a Pérez por derecha, que metió un buen centro bajo al primer palo por donde apareció el pibe Auzquie para tocar ante el golero De Olivera, que pudo tapar el balón mandándolo al córner. Pudo haber sido gol albirrojo. También lo tuvo enseguida Braña, con un remate desde afuera que De Olivera mandó al córner por sobre el horizontal y, desde ese córner, Pereyra, de buena presentación, desvió un buen cabezazo por sobre el travesaño. Estudiantes supo aprovechar muy bien los 15' del descanso. Fue una charla productiva la que se gestó en el vestuario porque el equipo salió a jugar el complemento con otra disposición y apoyándose en el envión que se había generado en su juego en el cierre de la primera etapa. Antes del minuto Pérez, pisando el área por la izquierda, despidió un remate bajo y cruzado, al palo izquierdo de De Olivera que nada pudo hacer. El gol le dio seguridad y aplomo a Estudiantes y, se sabe, manejando esos atributos los puntos que carga el equipo de Sabella. Y en contrapartida Racing sintió el golpe y se desarticuló. Perdió la brújula, por lo que se extravió en el campo demostrando una fragilidad llamativa en lo que hace actitud y juego. Y a los 10, un ex blanquiceleste, Gabriel Mercado, sorprendiendo por la izquierda, sacó provecho de un buen encuentro entre Benítez y Pérez, y clavó un remate alto al palo derecho, imposible para el arquero visitante. Dueño del resultado, Estudiantes sacó a relucir su gran capacidad individual y colectiva. Se apagó totalmente Racing, que no mejoró ni con los cambios, y monopolizando la pelota el equipo de Sabella bien pudo haber redondeado una victoria más amplia aún. Racing no dio la talla, y de aquel buen arranque no quedó nada. Es cierto que buscó pero siempre chocó con un fondo albirrojo muy bien predispuesto y equilibrado. Verón manejó los hilos. Braña puso su efectividad. Pérez trabajó muy bien de enganche. Desábato fue garantía atrás. Mercado jugó en buen nivel y Pereyra estuvo a la altura de las circunstancias. Por todo eso, al final, fue mucho Estudiantes para tan poco Racing.