Estudiantes ya esta en Dubai
Entre el cansancio y la ansiedad el plantel albirrojo se topó con los primeros flashes asiáticos
Por MARTÍN MENDINUETA DUBAI, Emiratos Arabes (Enviado especial).
- LLegó. Final de un largo viaje. Cansado y ansioso por ubicarse definitivamente en el lujoso Hotel Intercontinental de Abu Dhabi, el plantel profesional de Estudiantes, el representante de la Conmebol en el Mundial de Clubes, pisó tierra árabe pasadas las 22:30 (hora local, 15:30 de nuestro país) de la víspera. Ya sin el traje negro, la camisa blanca, ni los zapatos de punta dura, Alejandro Sabella y sus dirigidos se toparon con los primeros flashes asiáticos en un hall aledaño al principal del vanguardista aeropuerto que se la pasa recibiendo ilusiones pintadas de rojo y blanco. La terminal aérea de esta capital, concebida exclusivamente desde la opulencia arquitectónica y con un refinado gusto decorativo que no escatima colores intensos, asombra también por los ventanales imponentes y por una fortísima sensación de hospitalidad hacia el recién llegado. Semejante inversión de dinero (imposible arriesgar una cifra) impide que uno cierre la boca abierta por el asombro. El estupendo portal de ingreso a una ciudad construida con la saludable ambición de hacerse querer, introduce al huésped de turno en una escenografía bañada en brillo donde todo llama la atención. La más atinada descripción es que la vista no encuentra descanso.
VERON, EL IMAN
Sebastián Verón, una vez más imán de la curiosidad globalizada, se encuentra en una impecable gigantografía que exalta su elegancia para dominar la pelota. Entre túnicas de tonos ocre y un minoritario salpicado de vestimentas occidentales, la delegación albirroja avanza sintiendo que aterrizó en el sitio indicado para terminar de amasar su nuevo sueño de gloria universal. Los rostros ojerosos de jugadores, directivos, allegados, como así también de unos sesenta hinchas que acompañaron al plantel en el trayecto San Pablo-Dubai, contrastaron con los ojos tan oscuros como vivaces de cientos de anfitriones incapaces de convertirse en cholulos cargosos. Extremadamente respetuosos y gentiles, todo el personal asignado por FIFA para la recepción del equipo Campeón de la edición 50 de la Copa Libertadores de América no debe forcejear con nadie; le alcanza para manejar la situación combinando sobriedad y eficiencia. Los hombres del comité de bienvenida miran, controlan, asisten si es necesario y, de manera imperceptible, van metiendo en clima mundialista a los "leones" platenses. La hora de los relojes arábigos poco tiene que ver con las agujas invisibles de cada cuerpo castigado por el trajín que se inició el martes a la tarde, cuando dejaron el Country empapados del multitudinario afecto que vitaminizó el optimismo. Comer discretamente y dormir bastante es la obsesión que el preparador físico Pablo Blanco le transmitió al grupo en general. La idea es que mañana mismo comiencen con la actividad programada para ir "sacándose el viaje de encima". Ya están donde tanto querían. Cada uno en lo suyo: el "Chavo" Desábato evolucionando como esperaba de su lesión muscular grado dos, Enzo Pérez sin molestias, Cellay mejor y el "Principito" José Sosa ansioso como un chico que espera su regalo junto al arbolito de Navidad ("ya no aguanto más", nos confesó cuando lo cruzamos en el vuelo). El tema de su habilitación es la gran incógnita de esta previa donde la expectativa ya cruzó, holgadamente, el límite previsto.
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