No se le cae el sistema
Estudiantes conserva su disco rígido de manera impecable: le ganó de memoria a Atlético con dos goles de Boselli y una perla de tiro libre de José Sosa, y da pelea en los dos frentas. Los tucumanos sufren: aún no ganaron en el torneo. Y respira Boca. ¿Por? Si pierde el superclásico, no quedará último.
Estudiantes tiene oficio. Es de esos equipos que, cuando no logran manejar el partido a partir de sus armas más básicas (la pegada de Verón, el toque de sus volantes, la polenta de Boselli), siempre tiene un plan B, una salida de emergencia, un back up. Pero no hizo falta: con los titulares, el Pincha demostró en Tucumán que tiene el disco rígido impecable, y que no se le cae el sistema. Y encima, te madruga... Se sabe lo que sostiene el dicho, ¿no? Bueno: el equipo de Sabella castigó en el arranque de cada tiempo, algo que resultó letal para Atlético. Penal de Ischuk a Enzo Pérez y gol de Boselli. Precioso tiro libre de José Sosa para el 2-1. En el medio, el empate transitorio de Juan Manuel Azconzábal, quien cumplió con la ley del ex con un cabezazo precioso, fue apenas una ilusión para los hinchas locales. ¿Por qué? Simple: Estudiantes siempre controló el juego, siempre tuvo mayor temperatura en las áreas, falló tres goles hechos (Boselli x 2, Braña) antes de que Mauro liquidara la historia. Historia que, justamente, se finiquitó con ayuda de la desesperación del Decano: patadón de Gigliotti que era para roja y Pezzotta dejó pasar; patadón de Vargas que, esta vez, el árbitro sancionó con expulsión. Así, Estudiantes demostró que está perfectamente capacitado para pelear en los dos frentes. Atlético sufre: todavía no consiguió sumar de a tres en el Clausura y el promedio ahorca.
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